Desde la sección de Historia del Arte del CDL de Sevilla y Huelva trasladamos nuestras condolencias a la familia y allegados de Enrique Valdivieso y Carmen Martínez.
La repentina desaparición del que durante las últimas décadas ha sido referente inexcusable en la investigación y difusión de la Escuela Sevillana de Pintura nos genera una profunda tristeza y una sensación de vacío imposible de llenar, pues personas con el carisma y el rigor de don Enrique sólo aparecen muy de vez en cuando. Para la familia de historiadores del arte era una especie de patriarca, un faro moral y profesional que con un pequeño gesto podía hacer que te replantearas lo que hasta ese momento dabas por sentado. Sus lecciones nos acompañarán de por vida a todos los afortunados que crecimos académicamente a su sombra y que aprendimos a valorar nuestra vocación de historiadores del arte como una de las más hermosas a las que una persona se pueda dedicar. El tesón, la franqueza y la independencia de criterio que desprende su legado quedará para siempre como uno de los más brillantes y fecundos capítulos de la historia académica de nuestra Universidad. A él debemos además la recuperación de importantes conjuntos artísticos que gracias a su esfuerzo se pudieron restaurar y catalogar, siendo por tanto no sólo los profesionales del ramo, sino todos los sevillanos, los que tenemos con Valdivieso una deuda que nunca podremos pagar.