Acabamos de celebrar cien años de existencia, un largo camino recorrido que nos ha llevado al punto en que nos encontramos hoy. Permítanme ustedes que rememore fugazmente el pasado de nuestra institución, porque quiero hablarles de futuro. Y si el pasado está cuajado de variopintas vicisitudes, el futuro se nos presenta pleno de retos, de oportunidades, de desafíos, de encrucijadas, de expectativas…
Los colegiados de ayer ya cumplieron con su cometido, hoy nos toca a nosotros recoger el testigo y emplearnos a fondo en la tarea de defender nuestros intereses profesionales.
No tenemos otra razón de ser, no nos mueve ningún otro interés más allá de perseguir las mejores condiciones posibles para el ejercicio de nuestra profesión.
Esta declaración de principios la hacemos desde nuestro puesto de trabajo, desde nuestra experiencia diaria, desde el conocimiento de primera mano de la realidad de nuestra profesión. En consecuencia, sabemos a dónde dirigir nuestros esfuerzos: allí donde se encuentre cualquier oportunidad de progreso como profesionales.
A todos los colegiados invito a unirse a esta ilusionante labor, porque cualquier aportación es bien recibida, toda experiencia es valiosísima y toda propuesta es necesaria.